El principi del final

El principi del final

dijous, 25 d’agost del 2022

El duelo de mi Júnior. La gata que estuvo 16 años conmigo.

1. EL DRAMA Desde que me la ingresan para ver que le pasa, hasta que me dicen que debemos sacrificarla. Todo un drama, pero nada, comparado con el momento de la perdida. En el que la ves muerta, la ves, pero no está ya. Luego coges su transportín, vacío y vuelves a casa andando. Llorando todo el camino. Porque no puedes parar de llorar. Llevas tal drama encima que sientes que te ahogas, que es imposible dejar de llorar. Y así pasas todo el día. O dos. O tres. Que te duelen hasta los ojos, que físicamente estas agotada pero mentalmente destruida. Tu nueva vida es un drama sin ella. Todos los días, realizar cualquier tarea es un drama. Con los días, consigues olvidar el tema y/o dejar de llorar algún rato, pero es recordarlo y llorar como nunca. La perdida de un ser querido que pasa contigo momentos de todo tipo pero que es lo primero que ves desde que te levantas y lo ultimo cuando te acuestas, es toda una tortura psicológica. Realmente se rompió algo en mí. Me destruyó de golpe. Sentí un vacío dentro de mi que no podía ni explicar. No tenía palabras, solo lágrimas. 2. EL SHOCK Mi mente esta ausente. Levanto mi cuerpo de la cama y sigo con las obligaciones que no puedo renunciar, pero me siento sin alma. Todas las obligaciones a las que pueda renunciar son dejadas de lado. Un nudo en la garganta, un dolor de barriga y cabeza similar a cuando tienes 40 de fiebre o varios días sin dormir. No eres persona. No eres nada. Vas por la calle y cada vez que ves gente con animales solo piensas: no sabes lo que te espera. Estas emocionalmente arruinada. No tienes ganas de vestirte, ducharte y mucho menos arreglarte. Te miras al espejo y solo ves tristeza. Tu cara es una pena, tu vida entera es una mierda. Cada vez que recuerdas el momento rompes a llorar incapaz de parar. Intentas olvidarlo, necesitas energías, pero ni comer te sienta bien. No se puede dormir, no se puede comer bien, te pesa la vida. Me siento fatal. Por una parte, intento convencerme de que es solo una gata y que yo sabía que en algún momento pasaría. Por otra miro mi habitación vacía sin ella y no me siento capaz. Se repiten las imágenes del día pero sigo en shock. Sigo sin poder explicarme sin poder hacer una vida normal. Siento dolor físico y una ruina mental que me impide hacer cosas cuotidianas de manera normal. Olvido el móvil en cualquier lugar, no me apetece tener conversaciones con nadie, ni salir, no me apetece nada, no recuerdo mis contraseñas de ningún lado, me bloqueo por todo y me frustro. Parece que tenga la mente en blanco, pero en realidad, lo que tengo en mi mente es todo ese dolor que siento físicamente y unas ganas tremendas de buscar como lo voy a hacer para continuar sin llorar. Si adoptare a otros gatos, si volveré a sentir ganas de querer a otros gatos... En realidad, ahora mismo solo quiero dormir. Solo sirvo para dormir y ni eso, porque, aunque lo intento, debo medicarme para conseguirlo. 3. EL TRAUMA Empiezan las pesadillas. Tanto despierta como dormida, de vez en cuando se me viene a la cabeza la imagen de mi Júnior, enferma, ingresada, y luego cuando se desplumó y luego muerta. No se si sufro mas cuando las tengo despierta, o cuando las tengo dormida. Me despierto llorando, con una sensación en todo el cuerpo de dolor y agonía. Cuando estoy despierta y me vienen las imágenes siento una presión en la cabeza y un cosquilleo por todo el cuerpo, como si me fuese a desmayar. Y de repente, ansiedad. Me ahogo y debo llorar o siento que sino no puedo respirar- A ratos, a días, consigo estar bien. Otros, son horribles. No puedo olvidar este momento. Quiero recordar otros, pero ni siquiera viendo videos e imágenes olvido este momento. Creo que me ha marcado. Me ha traumatizado. Es muy duro ver esto de alguien a quien quieres tanto. No puedo con esto. Psicológicamente estoy en la ruina, por mas que quiero no consigo estar bien. Y cuanto mas intento obligarme, mas dolor de cabeza, más insomnio y más dolor de barriga. No me sienta bien ninguna comida. Ni mi comida favorita soy capaz de comer. Me obligo, pero lo justo para saciar el hambre grande. Tengo el estomago cerrado, un nudo en la garganta y una presión en el cuerpo que a momento hace que me duela la espalda, la pierna, o sentir un cosquilleo. Me paso los días en la cama. Desganada, aunque ya no lloro tanto. No tengo hobbies. Soy incapaz de leer, no me entero de nada y no me apetece nada. No me apetece estudiar, ni siquiera estoy motivada con nada. No me apetece aprender nada y mucho menos escribir. Porque soy incapaz. No me apetece ir al gym ni pasear ni salir. Me pongo alguna serie y no me entero, no presto atención. Miro redes sociales y miro sin ver. Pasan estados y estados y si me preguntas ni me he enterado. Me pongo programas mierdas de risa para ver si me distraen. A veces lo logran. Me pongo música que me gusta y anima normalmente. Antes de esto sería, porque ahora cualquier canción me hunde. Me machaca psicológicamente, me devuelve al llanto desconsolado. Me decido a buscar música nueva, que no me recuerde a nada. Si, esta me distrae. Pero empiezo a quedar horas y horas por la tarde en plegar mirando la pared con música de fondo, mirando al portátil o al móvil sin ver nada. Mirando una y otra vez fotos de mi Junior y preguntándome que voy a hacer y cómo. Trato de buscar una salida, una solución, pero solo crea en mi más ansiedad y presión. Y acabo en el mismo sitio: recordando el momento de su muerte y llorando. HASTA AQUÍ LOS 25 PRIMEROS DIAS SIN MI JÚNIOR. Esto es lo que puedo contar de los primeros 25 días desde que murió mi Júnior. Y ni siquiera se si me explico bien. Dudo de todo, siento que hago las cosas sin alma, por dinámica. Mi trabajo es mental y debo repasar movimientos y cosas cotidianas 300 veces porque no se ni que estoy haciendo. Lo mismo cuando voy por la calle, me siento como alma en pena. No siento que viva mi vida consciente, me siento que me arrastro. Hoy es jueves, el jueves que viene es mi cumpleaños y no tengo ganas de nada. Justo ese día, hará un mes que mi Júnior se murió. Y solo me apetece meterme en la habitación y llorar. No tengo ilusión por nada. No tengo ganas de nada. A ratos pienso en adoptar otros gatos, pero no siento esa ilusión que he tenido estos 35 años desde que tengo consciencia. Mi Junior ha estado 16 años conmigo. Su madre estuvo los 16 anteriores. Antes tuve otro gato que no recuerdo. Lo único que se, es que no he vivido nunca sin gata. No he dormido nunca sin gata. Y a mis casi 36 parece que estoy aprendiendo. De una manera muy dolorosa. De una manera muy traumática. Hoy he tenido un momento de lucidez, de ganas de escribir, de expresarme. De intentarlo por lo menos. Un poco por encima, un poco de manera rápida, para evitar el llanto. Aunque me hayan vuelto las ganas en varios momentos. Intento dejar de llorar porque quiero recuperar mi salud física. Creo que la mental, tardará más. Y no quiero ni pensar en ella, dentro de un mes, cuando empiece la universidad. Y se vaya el verano. Y me toque echar horas en ese despacho al que no he sido capaz de volver a entrar aún. No se como lo voy a hacer, y cada vez que lo pienso me da ansiedad, me ahogo, no me siento capaz de volver a estudiar/trabajar en el despacho de casa, pero esta vez sola. No quiero pensar en el momento porque me asfixio. Me viene la presión esta que me provoco yo sola cada vez que intento buscar una solución a mi vida, cada vez que pienso en el futuro y veo que actualmente no estoy para nada preparada. Duele. Duele y mucho.

Cap comentari:

Publica un comentari a l'entrada